Vamos a echar un futurible. Veo en la tele que Pedro Sánchez reconoce que se ha equivocado, pero eso, que todos sabemos, a su entender consiste en haber tachado a Podemos de populista en el primer comité federal.
Así que me atrevo a aventurar que Pedro con el tiempo renunciará a su carné en el PSOE, se meterá hasta el corvejón en Podemos o franquicia similar y en unos años lo tendremos de diputado podemita representando a los electores de cualquier provincia, que en eso los morados no tienen problema a la hora de distribuir.
El problema de Pedro es que Begoña Gómez, su santa esposa, ya se veía en la Moncloa, y no va a cejar en el empeño en conseguirlo, pero optar a ello por la vía de Podemos se antoja harto difícil con la competencia existente en la formación.
Y ahí va el segundo futurible: Esa será la última apuesta del madrileño, que verá cerrada toda opción y dejará la política de alto nivel tras una trifulca de muy señor mío en el hogar. Al tiempo.