Desaparecido de la faz de la tierra Fidel Castro no creo que lleguen cambios repentinos. Allá la oposición está más que controlada en la isla, y en Miami estarán unos días de resaca y con agujetas por el exceso de bailongo, pero nada más. Habrá que esperar más bien a que fenezca el hermanísimo para ver qué sucede.
Aunque esto de las sucesiones comunistas es un arcano y pudiera ser que surja un hermano más. Juanita Castro parece descartada por disidente y sobre todo, haber trabajado para la CIA. Le vendría bien a Trump, pero parece un cambio algo exagerado, y Ramón Castro, que era clavadito a Fidel, pasó a mejor vida en Febrero.
Pero que no se preocupen los cubanos, que queda una opción, como eso que pasa en las películas, donde una dinastía parece que va a desaparecer y de repente encuentran en un lejano lugar un pariente que porta los genes salvadores.
En Lancara, pueblo lucense de donde partió el padre de Fidel hace tiempo ya, hay un político que puede resolver la papeleta cuando Raúl doble la servilleta. Es concejal del ayuntamiento y se llama José Manuel Neira Castro, con lo que es evidente que por su sangre corre la de los Castro y bien se podría prestar a la sucesión.
Existe el problema de la nacionalidad, pero no creo que cueste mucho convertir a un español en cubano cuando hay voluntad tanto en la Administración cubana como española.
Tal vez lo más peliagudo del asunto es que se trata de un concejal del Partido Popular de Lancara, con ideología algo opuesta a la revolución cubana, pero también es verdad que la ideología del Partido Popular se puede acomodar a lo que haga falta después de que Rajoy haya elogiado el calado histórico de Fidel, que Trump no acabaría de verlo con malos ojos por aquello de la afinidad política y Don Manuel Fraga bailaría de contento en su tumba.