Hace pocos días Estados Unidos anunció que había estado a punto de iniciar un ataque sobre Irán, y todo motivado por el derribo de un dron espía; y supongo que también acompañado por esos extrañas explosiones ocurridas a petroleros que navegaban por la zona. Conociendo el historial de U.S.A. fingiendo agresiones, habría que poner todo ello en cuarentena.
Tal vez todo se trata de un globo y haya resultado ser un farol de Trump, quien nunca habría tenido intención de llevar a cabo la represalia, y así, soltando la bravata, amenazar al régimen de los ayatolas, los cuáles ya han respondido que Trump no se ha atrevido con ellos, pero tal vez el miedo vaya por dentro. 150 muertos son muchos muertos, incluso en una dictadura teocrática.
Lo que sí me pregunto, es qué hubiera sucedido si el inquilino actual de la Casa Blanca hubiera sido demócrata y por tanto ídolo de las izquierdas mundiales. Seguramente a estas alturas ya se hubiera iniciado una campaña para otorgarle el Premio Nobel de la Paz, que por menos ha sido concedido en otras ocasiones.