La tarta.

 Lástima que las primeras vacunaciones no hayan coincidido con el 28 de diciembre, día de las bromas e inocentadas. Así, muchos cuando vieran las cajas de las vacunas adornadas con esas grandes pegatinas donde figura Gobierno de España, hubieran creído que se trata de una inocentada.

Pero no, el gobierno tuvo la genial idea de decorar las cajas para que más de alguno pensara que las vacunas que se le va a administrar, lo será merced a la generosidad de Sánchez & Cia. Incluso en Asturias se han subido al carro y han añadido la bandera de la comunidad.

No sé hasta que punto están protegidas las dichosas cajas cuando se permite a tanta gente a colocar adhesivos. Alguna aparecerá con el castizo “TONTO EL QUE LO LEA” o “¡BIBA LLO!

Así que al final me he quedado con las ganas de que delante de todas las televisiones y cámaras, al abrir la caja para administrar las primeras vacunas, surgiera de improviso de dentro de la caja. Como esas tartas de las películas de las que sale una macizorra para deleite de los invitados, algún miembro del gobierno para mayor gloria de nuestros ínclitos gobernantes

Para la segunda administración de la dosis no lo descarto.

Bonzos.

 

Da un poco de repelús e inquietud saber lo que está sucediendo en Túnez. Allí un vendedor ambulante desencadenó toda una revolución al inmolarse a lo bonzo. Protestaba porque su puesto fue requisado por la Policía por no poder pagar sucesivos sobornos.

La revolución fracasó y la juventud tunecina se siente frustrada y amargada. Desde entonces los suicidios juveniles han aumentado geométricamente, sin que las autoridades hagan mucho para evitarlos.

Y si eso sucede por motivos económicos y profesionales, qué no serán capaces de hacer si las motivaciones son religiosas e ideológicas, donde además existe la esperanza de que el suicidio sea recompensado en la otra vida.

Tal vez los países europeos deberían plantearse poner algún remedio a lo que se avecina, no con caridades que no conducen a nada positivo salvo alimentar al enemigo, y sí con la fundación de centros al estilo del instituto Cervantes, que poco a poco vayan cambiando las mentalidades tanto de las élites como de las exiguas clases medias para que se vaya atenuando tanta disposición kamikaze.

Paridad.

 Qué paradojas tiene la economía. Durante décadas en el Reino Unido muy pocos, ni tories ni laboristas, han querido que la moneda europea se introdujera en el país. La libra esterlina era intocable, y se podía permitir compartir el mercado con el resto europeo, aceptar con reticencias su política económica, pero no nada más, la libra inderogable. Además, era todo un privilegio ver como al cambio la moneda británica se imponía a la europea.

Ha llegado el Brexit, ahora la libra está más segura que nunca, pero la situación económica en la isla se ha vuelto de lo más convulsa, de manera  que la caída de la cotización de esta moneda no parece tener fin frente al dólar y el euro.

Así que no sería descartable que en unos pocos meses la libra esterlina llegue a la paridad con el euro, y los comerciantes británicos, que como es normal, anticipan la ganancia al patriotismo admitirían sin reservas el euro, como sucede desde hace años en Gibraltar. Algo que empezaría lógicamente por el Ulster, donde se ven obligados a manejarse con sus vecinos del Eire.

 Sería una vuelta a la tortilla de la manera más inimaginable, todo ello para solaz y regodeo de los "remainers" que poco a poco van creciendo allí a la vista de los acontecimientos.

De carteles.

 

Vaya, vaya, de nuevo nos encontramos con uno de esos lapsus que a veces se dan en las cuentas de los políticos en las redes sociales.

El ínclito Sr. Ábalos, ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, con motivo del aniversario de la Constitución Española ha colgado un tuit donde a su mensaje de texto adjunta carteles políticos de la época, pero “casualmente” ha tenido un error y en vez de colocar uno de Alianza Popular que sí apoyó la Constitución, ha colgado uno de 1986 donde  esa formación, antecesora del actual Partido Popular, pedía la abstención en refrendo sobre la adhesión de España a la OTAN. Más aún, advertido del error, el PSOE no lo ha corregido sino que ha retuiteado el mensaje a diestro y siniestros.

Yo le pediría al Sr. Ministro que aparte de retirar dicho cartel podía colocar alguno de Herri Batasuna, cuyos herederos han apoyado sus presupuestos generales del Estado, que en ambos refrendos optó por el No, o del PNV, que igualmente les han dado su voto afirmativo, que propusieron la abstención en el refrendo constitucional por no hablar de ERC, que también se opuso. Seguro que tiene que haber carteles por ahí.