Una vez estaba escuchando Radio Berlín Internacional, la emisora de la República Democrática Alemana, y había programas donde los radioescuchas mandaban cartas (lo de los emails era pura ciencia ficción) y hacía comentarios y preguntas.
En una de esas cartas, el remitente tuvo la osadía de preguntar a la emisora que cuál era la región más pobre de la República Democrática Alemana, y el locutor leyó la respuesta que el comisario político de turno tuvo a bien pergeñar, diciendo que en la República Democrática Alemana no había regiones pobres. Vamos, que ateniéndonos a la respuesta todas las regiones eran igual de ricas, marco arriba, marco abajo (lo del euro también era pura ciencia ficción, y más allí)
Ayer mismo llegó a mis manos una revista que hace las funciones que hacían aquellas emisoras (no sé si quedará alguna aún), es japonesa, y me llamó la atención ver que sin ningún tipo de censura, falsa humildad ni victimismo, dedicaba un reportaje a la ciudad más pobre de Japón, y la denominaba así. Hundida por la crisis de la minería pero en perspectiva de recuperarse.
Vamos, el día y la noche con 45 años de diferencia.
