En estos tiempos en los que inusitadamente ha aumentado la cantidad de defunciones diarias, por una simple cuestión de estadística también caen famosos varios: deportistas, políticos, artistas y personalidades varias.
Cuando tan luctuoso hecho se produce, los informativos dan cuenta de los méritos del difunto, y a veces los deméritos si no hay forma de ocultarlos o el ideario de la emisora no coincide con la del finado.
Y es curioso que por mucho que el locutor proclame las virtudes y logros del muerto, a menudo el gran público no tiene la más remota idea de quién se trataba, y que por mucho que se empeñen los medios de comunicación, el que ha caído seguirá siendo ignorado, nadie se preocupará por averiguar más de él y el más implacable olvido llegará una vez que sobre su tumba caiga la última paletada o sus cenizas sean dispersadas donde haya tenido a bien en su testamento.
Luego estarían aquellos que suenen entre la opinión pública. Esta no sabrá mucho de ellos, lo lamentará en función de la edad o circunstancias del muerto, y hasta se abrirá el Google por saber algo más de él, y hasta con un poco de suerte se hará por ver sus películas, comprar algún libro y hasta lamentar en público lo sucedido como si uno estuviera al corriente de todos los avatares del que nos ha dejado. Sería una situación intermedia. Hasta tal vez el ayuntamiento correspondiente le otorgue una calle o una placa que en una década o dos nadie sabrá a quién está dedicada.
Y finalmente están los que, pocos en realidad, son lamentados de verdad, o cuya muerte sea acogida con regocijo, todo en función del dichoso ideario. Muchos tendrán sus obras, se leerá sobre él lo que ya se sabe, y la calle o placa de rigor ya estaba preparada de antemano. Son la élite de la élite.
Lo curioso es que muchos se pensarán que van a acabar en uno de estos tres grupos pero muchos ni acertarán, teniendo en cuenta además que existe una tercera categoría, la que recoge a aquellos cuya muerte pasará totalmente desapercibida por los medios de comunicación y recibirá la misma notoriedad que si hubiera fenecido cualquier hijo de vecino, la gran mayoría sin duda.
La Sentencia.
Hay que ir adelante, avanzar. Cuando te encuentres un traidor llámale traidor. Cuando te encuentres un ladrón, llámale ladrón. Cuando te encuentres un cobarde, llámale cobarde. Siempre adelante, hasta encontrar el sepulcro del hombre que nos va a rescatar en los luceros. Miguel de Unamuno.
lunes, 29 de junio de 2020
lunes, 22 de junio de 2020
Cuestión de actitud.
Es un principio fundamental en
fútbol que si un equipo sale a empatar, lo más seguro es que acabe perdiendo. Y
es que siempre hay que salir a ganar.
Si ante la grave situación en que
se encuentra el mundo, nuestro presidente solo acierta a prometer y buscar la “Nueva
Normalidad”, ello se traduce en que está buscando dejar las cosas como estaban
pero apañadas a las nuevas circunstancias, que, a día de hoy, nadie sabe en qué
van a consistir. Vamos, que va buscando el empate.
Mientras, los chinos, hace tres
años, en el XIX Congreso Nacional del Partido Comunista Chino, Xi Jinping
declaraba su anhelo de convertir a China en la máxima potencia del globo,
vaticinando una “nueva era”. Y eso sí que es jugar a ganar.
De acuerdo en que ni por asomo se
puede comparar el potencial del gigante asiático con España, pero si a eso
añadimos la falta de actitud, mal empezamos y mal estamos.
lunes, 15 de junio de 2020
Salomón.
Andan las cosas un poco tensas por Andalucía. Juanma Moreno
ha pedido que se suspenda la operación cruce del estrecho. Opina, con razón,
que el acumular en Algeciras durante unos pocos días a tanto marroquí y
argelino que quieren cruzar el estrecho, supone un peligro de higiene por
cuanto puede hacer que se propague la coronavirus como pólvora ardiente.
Pero, claro, la contraparte, los líderes de las comunidades
marroquíes y argelinas en España, Francia y otros países se han opuesto en
defensa de la libertad de movimientos de sus sufridos defendidos, que después
de todo un año ganándose el pan con el sudor de su frente, quieren pasar un mes
de solaz en la tierra de sus ancestros.
Yo creo que en este caso hay que tomar una solución
salomónica que suponga dar parte de razón a cada una de las partes y a la vez
hacer que tengan que ceder un tanto en sus posturas.
Así que propongo permitir que cuanto inmigrante magrebí que
lo desee, cruce el estrecho para ir a ver a la familia, fardar de lo mucho que
gana en la infiel Europa y descansar en sus pueblos y aldeas natales.
Por el contrario, no se les permitiría hacer el viaje de
retorno, teniendo que permanecer indefinidamente en sus lugares de origen hasta
que el maldito virus esté más que extinguido así como cualquier posibilidad de
rebrote.
Más equitativo imposible.
lunes, 8 de junio de 2020
Saludos.
En Biología resulta curioso como
en una inmensa mayoría de los animales, ser humano incluido, los órganos
sexuales se hallan en la más estrecha proximidad con el orificio donde esos
seres vivos expulsan sus excrementos (líquidos y sólidos).
Desde luego no parece una
ubicación de lo más higiénico, pero cuando sucede así en tantos seres, por algo
será.
Pero está visto que el logro de
la mayor limpieza no debe ser un criterio prioritario. El ejemplo lo tenemos en
el reciente saludo social que se nos quiere imponer. A falta de besos, abrazos
o estrecharse la mano, se nos quiere imponer ese extraño gesto de hacer chocar
los codos.
Lo que sucede es que al otro lado
de ese codo que se golpea y cuyo nombre técnico es flexura del codo, se tosa y
estornude. Vamos, dejando solo unos centímetros de la zona a chocar con la zona
que sirve de estercolero.
Afortunadamente no se ve mucha
gente dándose codazos por la calle, por lo que supongo tan raro gesto no va a
propagar muchos virus que digamos. Pero tampoco estaría de más que las
Autoridades sanitarias se buscaran otro gesto.
lunes, 1 de junio de 2020
Viajes.
Resulta frustrante saber que este
verano millones de personas se van a quedar sin el viaje de sus sueños, al menos por este
año.
Los habrá que ya tenían pensado
su destino, tal vez hasta ya contratado; otros habrían pergeñado una lista de
posibles lugares donde recrearse durante más o menos tiempo, y otros aún no
habían decidido nada.
Ahora todo parece haberse ido al
garete, y toda opción queda en irse a segundas residencias (los que la tengan)
o la playa para estar más confinados aún que en sus domicilios.
Muchos pensarán que va a ser un
año desperdiciado porque un país, lugar, ciudad o paisaje se va a quedar sin su
honrosa presencia. La vida es corta, y desde luego no da para visitar todo lo
que ha que visitar, y el maldito virus lo ha puesto más difícil.
Pero he pensando en que muchos de
los lugares que he visitado, que tampoco son tantos como yo quisiera, habrán
cambiado con el tiempo. Tal vez no se parezcan mucho a como yo los conocí, y
los que conozca, con el tiempo también irán variando a mejor o a peor, pero
cambiarán.
Eso por no hablar de que cuando
recorres una ciudad tan solo oteas una ínfima parte de su esencia, esencia que
tal vez desconozcan hasta muchos de sus habitantes.
Así que sugiero resignación, nada
de desesperación y pensar en los miles que ya no van a poder hacer ningún viaje.
Habrá que buscarse un destino más
satisfactorio aún el próximo año, con permiso de los chinos.
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