La Sentencia.

Hay que ir adelante, avanzar. Cuando te encuentres un traidor llámale traidor. Cuando te encuentres un ladrón, llámale ladrón. Cuando te encuentres un cobarde, llámale cobarde. Siempre adelante, hasta encontrar el sepulcro del hombre que nos va a rescatar en los luceros. Miguel de Unamuno.

martes, 25 de julio de 2023

Comunicación tradicional.

 Reconforta saber que no todo el mundo ha caído bajo el poder de las nuevas tecnologías. Y es que aún queda algo de esperanza.

Aunque todos ellos poseen móvil, tabletas, portátiles y demás zarandajas, aún acuden a los sistemas tradicionales para enviarse mensajes que les ayudan a comunicarse, mantenerse informados y ayudarse unos a otros.

La prueba fue un cartel que estaba profusamente repartido por aquella calle en la que me encontraba. En ella, un probo ciudadano se dirigía a otro, del que ignoraba su identidad, y le transmitía sus buenos deseos, parabienes y saludos.

Para quien no esté muy ducho en le mundo de las nuevas abreviaturas que vienen del Nuevo Mundo, les diré que CDTM significa CONCHA DE TU MADRE, y MMGVOOO se traduce como mamagüevos.

Todo un prodigio de la comunicación.


domingo, 16 de julio de 2023

Alien.

 


Paseando por un barrio con una alta proporción de población inmigrante, me encuentro con una oferta irresistible. Si uno se quiere ahorrar el dispendio que supone comprar un colchón, se puede ahorrar una buena cantidad comprando uno de segunda mano.

Pero la oferta, está a prueba de tiquismiquis a los que les pueda producir algo de aprensión pensar en los fluidos varios que puedan haber depositado en el jergón los anteriores poseedores, por no hablar de plagas, bichitos y esas porciones de piel que vamos perdiendo día a día. Porque el comercio garantiza que al colchón se le fumiga convenientemente y queda libre de todo parásito, suciedad y resto orgánico.

Al parecer los colchones tienen varios precios, pero ignoro si será por la marca y modelo, o por las veces que haya pasado por el proceso de desinfectado. Tampoco sé si la tienda llevará un control de las veces que sus productos han pasado por sus manos.


Creo que no voy a aceptar la oferta, y eso que no me vendría mal cambiar mi decrépito colchón, pero estoy seguro de que si adquiriera uno de esos lechos fumigados, cada noche soñaría como una especie de alien surgiría del interior del camastro, dispuesto a devorarme. Habrá que gastarse más cuartos, y hacerme con un colchón sin inquilinos inesperados.


martes, 11 de julio de 2023

Sumando.

 


De vez en cuando hay que saber disculpar los errores del prójimo, y a ello me dispongo.

Hace unos días mi barrio se vio lleno de pegatinas donde se pedía el voto para SUMAR o PSOE, lo mismo daba. Debe ser que, a los ojos de su autor, una u otra opción, venía a ser lo mismo.

Pero llamaba a atención que, en el texto, figuraba, en principio, una falta ortográfica de bulto. Se había colocado una tilde en la conjunción O, y es obvio y notorio, que desde 2010 la RAE prescribe que en ningún caso a conjunción o se debe adornar con tilde alguna.

No sé si quien escribió el texto sabía de dicha modificación, pero es mi opinión que le pudo el subconsciente. Antes se tildaba la conjunción cuando iba precedida y antecedía a una cifra. Y eso servía para que la o, no se confundiera con un cero.

En la pegatina no sucede eso, pero el redactor se encontró con que SUMAR ya suena a aritmética pura y dura, y, además, es una formación que recoge dentro de sí quince partidos. Vamos que parecía una operación matemática, lo cual explicaría el error ortográfico.

domingo, 2 de julio de 2023

Miramamolín.

 Ya sabemos que los doctos historiadores se empeñan en que los cambios históricos no se deben a sucesos puntuales, y que todo se va pergeñando poco a poco. De tal modo que las transiciones, los cambios de tendencia, las revoluciones y los vaivenes van madurando con calma, hasta que se desata la vorágine que nos hace parecer que un cambio radical se ha dado.

Pero, por mucho que se empeñen, no puedo de dejar de inclinarme a que los musulmanes podían haber perdido su hegemonía en la península debido a un mote.

Y es que un mote bien elaborado, socava la reputación de cualquiera y le deja hecho unos zorros si se quiere dedicar a liderar nada menos que el campo musulmán durante los tiempos de la Reconquista.

Poco antes de la batalla de las Navas de Tolosa, el bando musulmán era dirigido por Amir al-Mú’minin, que traducido sería el Príncipe de los Creyentes.

Pero sin duda, aquello debía ser harto difícil de pronunciar por los que componían el ejército cristiano, así que a dicho príncipe se le comenzó a denominar Miramamolín, más fácil de pronunciar, pero sin duda más irrespetuoso.

Y no hay quien me convenza de que ahí comenzó el declive sarraceno.