"No hay mal que por bien no venga", aquella frase, que se atribuye a Franco cuando supo de la muerte de Carrero Blanco, bien la podía haber proferido Oriol Junqueras o Puigdemont cuando supieran de las masas que se habían apropiado de las calles de Barcelona reclamando la No independencia del territorio catalán.
Con Bancos, grandes empresas y todas aquellas pequeñas que no salen en las noticias, saliendo al galope de las cuatro provincias, alguna compensación les tenía que llegar a los que han provocado el desaguisado.
Al margen de esa huida, que hace frotarse las manos a los directores de agencias bancarias ubicadas en Huesca y Alicante cerca de los límites con Cataluña, también se ha producido un descenso brutal de las reservas hoteleras, con el consiguiente descalabro de la hostelería, comercio y demás servicios.
Pero al menos este domingo los devaneos independentistas han logrado llevar a Barcelona un millón, más o menos, de personas que, si bien van a ser pocos los que se alojen, se dejarán sus dineros comiendo, bebiendo, comprando algún que otro recuerdo de la jornada. Algo remozará las cifras hosteleras.
Claro está, eso en el caso de que el dueño del bar o tienda de turno, haya tenido la previsible perspicacia de retirar todo tipo de estelada o similar, en el caso de haberla colocado a principios de mes.
A los que seguro que no les ha pillado a contrapié el asunto es a los dueños de bazares chinos o paquistaníes, que rápidamente han pasado de vender esteladas a vender rojigualdas. El negocio es el negocio, y que ahora están atentos mirando como va el asunto político para ver qué eventos se asoman en el horizonte. Los demás estamos en ello también.
Dos buenos detalles como consecuencia de la Manifa de ayer : los chinos a pleno de negocio y los hosteleros quitando las esteladas de sus locales.
ResponderEliminarLa pena es la cantidad de personas que lo están pasando tan mal por el acoso diario a que se ven sometidas.
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