Anda el sistema financiero en un sin vivir por culpa de estar en el aire el quién debe pagar el impuesto de las hipotecas. Ahora parece que nadie se leía lo que ponía en los contratos, y que lo que ponga debería ponerse escrito en lápiz, porque nada es vinculante. Tal vez debería revisarse los requisitos que se tienen en este país para poder firmar un contrato ya que nadie es capaz de ver cuando algo no le conviene. Se supone que ningún contrato se firma con una pistola en la cabeza (único supuesto que se me ocurre para anular lo firmado).
Pese a todo, próxima la sentencia que seguramente no va a dejar contentos ni a unos ni a otros, se me ocurre que una tercera opción sería que Hacienda renunciara a ese impuesto. Así el firmante se vería libre de esa carga y el banco se vería libre de la carga de tener que repartir ese coste con los clientes de sus servicios bancarios.
Pero supongo que el Estado no va a renunciar a esa pasta que le llega sin arriesgar y merced al contrato que hacer unos terceros.
LA SOLUCIÓN QUE DAS ES LA CORRECTA : suprimir ese impuesto que ya andamos sobrados de ellos. Hasta para usar las calles nos cobran.
ResponderEliminarNos cobran hasta por pensar.
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