Lo cierto es que tiene que ser algo frustrante.
Que te tires meses preparando para correr la maratón, que todos los días corras después del trabajo, soportando tirones, agujetas, cansancio y privaciones sin cuento a la hora de comer y beber.
Que llegue el día de la carrera y hagas el esfuerzo de tu vida, sufriendo tanto si acabas el recorrido como si lo tienes que acabar por lesión, cansancio o hartazgo.
Y cuando llegas a la meta, o, en caso contrario, llegas a tu casa, te enteras de que el ha ganado la carrera es Johan Kipkemoi Chesum, keniata, que es algo normal y asumido, pero te llevas la sorpresa de que es un atleta paraolímpico, minusválido, y que había sido invitado a correr por invitación y para ejercer de liebre al comienzo de la carrera.
No sé, algo me dice que alguien tenía que revisar los parámetros para ser considerado paraatleta, y más teniendo en cuenta que este corredor jamás había logrado completar una maratón.
Visto lo visto, me estoy planteando presentarme al próximo mundial de ajedrez que se celebre, a lo mejor suena la flauta, pero a una Maratón no, a eso sí que no me presento.
Tienes mucha razón en lo que planteas : hay hay trampa y cartón debajo o encima.
ResponderEliminarNos vamos a presentar los dos al Mundial de Ajedrez y al de la Siesta Olímpica o quién duerme más horas después de comer.
Asunto controvertido este.
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