
El Bilbao se vio en la tesitura de transigir o sucumbir. Optó por lo primero y hoy compite dignamente contra todos los grandes.
Algo así tiene que suceder en el Reino Unido. Hasta ahora su policía, tanto a nivel estatal como local, se mostraba orgullosa de no portar armas, y más o menos controlaba la situación, incluso soportando la presión a la que le sometía el IRA. Pero ahora la situación ha cambiado drásticamente. Tiene el enemigo en casa. En cualquier momento y lugar puede surgir el adversario, y armado de forma impensable, y la respuesta tiene que ser rápida y sobre todo, contundente.
A la policía británica no le va a quedar más remedio que ser como las demás: Armada hasta los dientes. Una vez erradicado el peligro, y hasta que surja otro, pues que dejen la pistola en casa.
Estoy de acuerdo. Esas tradiciones son válidas hasta en tanto resultan eficaces, tal como dices en la Entrada.
ResponderEliminarYa es hora de que se dejen de sinsorgadas decimonónicas y se pongan al día en la guerra con el moro descerebrado.
Es una lástima, pero la realidad se impone.
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