Compleja y controvertida se presenta una regulación de la maternidad subrogada.
A estas alturas intentar prohibirla sin más es como querer poner puertas al campo. Ya no hay quien lo pare. La legislación nacional que lo intente sólo provocará que los ricos puedan acudir a países donde esté permitida, provocado un inmenso agravio comparativo.
Además se añade el problema del, cada vez más creciente, número de embriones fecundados que no han sido empleados para su destino original. Si pudieran hablar supongo que dirían que prefieren ser empleados en cualquier pareja infértil antes que ser exterminados sin más.
Ahora mismo la maternidad subrogada sale por un riñón, y sólo se me ocurre que el Estado podría promover un registro de madres de alquiler que por un módico precio, estuvieran dispuestas a soportar los nueve meses del embarazo y a declinar cualquier futura reclamación sobre el bebé.
¿Pero qué tal si todo se acompaña de ayudas de todo tipo para las parejas que se deciden a adoptar a un niño ya nacido? El embrión congelado puede esperar algún tiempo, el niño ya nacido no.
Sea como sea, mala solución tiene el asunto.
Es harto complicado el tema porque en el futuro pueden surgir, como indicas, montones de litigios si las madres incubadoras dan por reclamar derechos.
ResponderEliminarY la verdad es que habiendo tanto huérfano por el Mundo no se facilita la adopción de esas criaturas.
Estoy de acuerdo, hagan lo que hagan, será controvertido.
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