Tenemos una tendencia innata los españoles a flagelarnos y pensar que somos prácticamente la escoria de la humanidad.
Y es que deberíamos tener muy presente, pese a todo, ese dicho que dice que en todas partes cuecen habas. Si leemos la historia de las demás naciones, veremos que también tienen sus claroscuros con brillantes destellos y siniestras oscuridades.
Últimamente se ha convertido en un tópico en cualquier discusión de bar o peluquería (los dos más importantes foros de este país) afirmar que si Urdangarin no hubiera robado lo que robo esto sería una pujant
e Suiza pero con playas. Realmente no sé cuánto será lo que piensan que se afanó el vasco.
Y digo lo de que en todas partes cuecen habas, porque allá por el Reino Unido se está produciendo una historia parecida: Eugenia de York, nieta de la reina Isabel II, y que ocupa un puesto bastante remoto en la línea de sucesión, conoce a un camarero, se enamora de él, y todo acaba en boda. Eso sí, en el tiempo que ha durado el noviazgo ambas partes han decidido que eso de que pobre se casa con rica queda bien en los cuentos, pero no en la vida real, porque la tal Eugenia es una máquina de gastar, de tal modo que cuando se han dado el Sí, quiero. Él ya es propietario de una empresa de distribución de bebidas que deja acongojada a la competencia. Eso sí que es subidón, y lo demás tonterías.
De modo que si comparamos, lo de aquí estuvo algo más igualado de salida.
De acuerdo el inglés no ha delinquido, pero es que su carrera acaba de empezar. Ya iremos viendo.
Los british son muy suyos con el dinero, tan suyos que ni se duchan por no gastar, y no creo que a éste ni a ninguno otro le dejen URDANGARINEAR, y menos siendo dineros de Isabelita II, que es más tacaña que una usurera.
ResponderEliminarPienso que son casos distintos, aunque este caso haya utilizado influencias, si no hay dinero público de por medio, la cosa no tiene equivalencia.
ResponderEliminar