La psicología del hombre contemporáneo se pudo observar ayer mismo durante el partido Italia-España. Acababan de marcar los españoles el gol que igualaba la contienda, y se disponían los italianos a sacar de centro.
Ya se habían acabado las celebraciones de los que habían empatado, y un cámara tuvo a bien enfocar a un aficionado azzurra que en ese momento era la misma imagen de la desesperación: ojos llorosos, las manos crispadas, retorciendo una bandera y un gesto de grandísima angustia; parecía estar pidiendo la eutanasia en ese mismo momento.
Pero justo en ese instante, se da cuenta de que está saliendo por el videomarcador de Wembley, y en ese instante, las lágrimas son sorbidas, la bandera, aliviada, se ve liberada, y el rostro adquiere la expresión de la más vehemente alegría, felicidad y entusiasmo. Seguramente, aunque Italia hubiera sido eliminada, ya pensaría que por esa oportunidad de mostrar su cara al mundo entero, ya merecía la pena haber pagado la entrada al partido. Feliz él.
Durante esta Eurocopa serán centenares los espectadores que volverán felices por esa oportunidad, y luego estarán los que aunque fueron enfocados, no se dieron cuenta de la feliz consecuencia, y serán familiares y amigos quienes se lo adviertan con posterioridad, pero ya no será lo mismo.
Esa es una reacción muy típica que también he observado. Curioso.
ResponderEliminarYa lo dijo Andy Warhol hace mucho mucho tiempo...
ResponderEliminarTenía la duda de si el próximo mundiál sería sin público ¿Tú qué crees?
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