Andan muchos medios de comunicación indignados porque Biden, promoviendo la protección al Medio Ambiente ha ordenado reducir a la mínima expresión la extracción de petróleo en todo el territorio de EE. UU.
En cambio, el presidente norteamericano
exige furibundo que los países exportadores de crudo aumenten su producción. Algo
necesario para que baje el precio de los barriles que debe exportar por tan
curiosa estrategia.
Pero esos medios de comunicación
no se aperciben de que en territorio patrio tenemos un caso muy parecido.
Desde hace años se van cerrando
centrales nucleares y no se construye ninguna. Eso exige que debamos importar
electricidad procedente de las centrales nucleares que Francia sí tiene abierta,
y que le da pingues beneficios.
Si el afán de cerrar centrales es
por aquello del peligro de un accidente, el caso del accidente de Chernobyl nos
recuerda como la nube radioactiva no respeta demasiado las fronteras
nacionales, y si algo así sucede en Francia, nos veríamos afectados
prácticamente al instante.
Más vale que nos dejemos de
preocupar de gasoductos magrebíes, tan inestables ellos, y reactivemos las
centrales que ya tenemos construidas. A ver qué gobierno descubre algo tan obvio.
Me recuerda el caso de las antenas de telefonía. Había comunidades de vecinos que se negaban a instalarlas en su edificio, llegaban los del edificio de al lado, daban su beneplácito y se llevaban la pasta, mientras los primeros se quedaban sin el dinero, pero con la posible contaminación afectándoles igual.
ResponderEliminarIncluso les decían que los edificios vecinos se verían más afectados que los que sostenían las antenas.
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