Durante siglos, la masonería ha tenido como enemigo declarado a los jesuitas. En ese tiempo han conseguido su expulsión y prohibición en diversos países.
Pero pese a ese empeño, la orden ha conseguido sobrevivir a
lo largo de la historia. Sin embargo, lo que no ha conseguido el acérrimo
enemigo de los hijos de San Ignacio de Loyola, parece que lo va a conseguir el
mercado inmobiliario, y es que, en Mallorca, los jesuitas van
abandonar histórico colegio Montesión en Palma y emigrar a la
península. Todo ello para beneficio de un empresario que ha visto la ocasión de
hacerse con tan interesante edificio.
Algo que recuerda al caso de las monjas burgalesas pero sin
falsos obispos ni excomuniones. Vamos, el tipico caso de deshaucio de quien no
tiene dinero para mantener su casa y el adinerado que por una limosna se hace
con un chollo.
Y mientras la masonería internacional que tanto dinero
maneja, viendo cómo se le escapa una ocasión de haber causado una humillación
histórica al enemigo.
Pero conociendo la historia, se verá como en algún momento
los jesuitas volverán a Palma de Mallorca.
Son como el junco y es posible que, en efecto, regresen, aunque es cierto que soplan malos vientos.
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