Desde que tengo uso de razón, a los diversos buzones de los domicilios donde he habitado, han dejado de llegar miríadas de cartas, facturas, postales y paquetes de diverso tamaño.
Se han ido perdiendo en el recorrido que había entre el
emisor y el destinatario. Y, asimismo, han ido a parar al paraíso de las
cartas, centenares de cartas que yo había escrito y que jamás llegaron a sus
decepcionados receptores. Solo quedaba resignarse o pagar un suplemento para
que el envío fuera certificado y así tener un poco más de garantía de que la
misiva llegara sana y salva al buzón correcto.
Y después de todo eso, me encuentro con que una empresa
privada ha sido sancionada con una multa de 200.000 € por perder 7000 cartas, tras
ser arrojadas por los empleados un solar de Palma.
Si Correos de España hubiera sido sancionada por cada carta,
postal o paquete que no ha llegado a su destino, este país ya hubiera caído en
la quiebra más absoluta.
Yo nunca he perdido cartas, que yo sepa. Un beso
ResponderEliminarIrresponsables siempre ha habido.
ResponderEliminarYo las cartas que he perdido han sido las certificadas que he mandado a organismos oficiales (que creo que son las que las han perdido).
ResponderEliminarUn saludo
Y eso que con las redes sociales el flujo de cartas cayó al mínimo... increíble. Acá estamoe en presencia de un delito penal
ResponderEliminar