La Sentencia.

Hay que ir adelante, avanzar. Cuando te encuentres un traidor llámale traidor. Cuando te encuentres un ladrón, llámale ladrón. Cuando te encuentres un cobarde, llámale cobarde. Siempre adelante, hasta encontrar el sepulcro del hombre que nos va a rescatar en los luceros. Miguel de Unamuno.

domingo, 12 de abril de 2020

De perros.


Reconozco que no soy muy devoto de la costumbre de aplaudir la labor de los sanitarios, limpiadores de hospital, Fuerzas de Seguridad, transportistas, reponedores de supermercado, niños confinados, autónomos, etc. Y pongo etc. porque seguro que algún colectivo me dejo en el  tintero. Tampoco lo denuesto, porque viendo las razones de sus críticos, tampoco veo fundamentos sólidos para oponerme, así que opto por una solución intermedia: salgo a la terraza, pero no aplaudo. Mientras este sea un país libre, que cada uno haga lo que quiera dentro de los límites del Estado de Alarma.
Hace poco leí que muchos propietarios de perros se han quejado de los aplausos porque los animales se sienten molestos, desconcertados y confusos. Supongo que tampoco es tan difícil durante esos cinco minutos mantener el perro en casa y dejarlo en algún lugar alejado de las ventanas.  Pero, claro, siempre queda más in quejarse y reclamar algo, por muy disparatado que sea.

Recuerdo la que se lió cuando Excálibur, el perro de la auxiliar de enfermería  que podía estar contagiado de Ébola fue sacrificado. El país se levantó prácticamente en armas y la popularidad de Rajoy voló en pedazos.

Ha tenido suerte Sánchez al constatarse que los perros no pueden contagiarse del coronavirus. Si hubiera sido al revés y fuera conveniente el sacrificio de perros, la sangre correría por las calles y seguramente no se trataría de sangre canina. Esperemos que al maldito virus no le dé por mutar y hacer posible tal hipótesis.

1 comentario:

  1. Hay bastantes cosas que denotan que estamos en una sociedad bastante enferma.

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