No, si ya se dice que cuando algo
parece que no puede empeorar, seguro que surge algo por ahí que hace que la
situación se torne más negra aún.
Anda la hostelería tanto balear
como canaria en horas más que bajas debido a la falta de turismo procedente de
la península. Pero parece que poco a poco se va viendo la luz al final del túnel
ya que Alemania va a permitir que sus nacionales puedan viajar a los turistas.
Tampoco es que arregle mucho la situación,
ya que tan solo se prevé que llegarán unos 13.0000 turistas germanos, a los que
podrían pronto acompañar viajeros británicos y nórdicos.
Algo es algo, habrá pensado las hostelerías
insulares; pero cuando ya se disponen en las islas a recibir a esos clientes,
un nuevo nubarrón (y nunca mejor dicho) puede surgir en el horizonte.
En la remota Islandia, el famoso
volcán Fagradalsfjall, ha tenido a bien comenzar de nuevo sus erupciones, y
muchos recordarán como hace once años, un volcán vecino de éste, el Eyjafjäll,
con las nubes de gases que emitió, paralizó las actividades de bastantes
aeropuertos europeos. Así que, ya se sabe, toda situación difícil es susceptible
de ir a mucho peor.
Así es y ahora a ver a quién le echamos la culpa.
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