Es de temer lo que se avecina. Dinamarca ha tenido la ocurrencia de establecer que todo emigrante que se halle en su territorio deberá trabajar para poder permanecer en el país. En el caso de que no lo consiga, estará obligado a hacer 37 horas de tareas sociales. Vamos, que no hay excusas, o cotizas o no tienes nada que hacer.
Eso hace suponer que algún tímido
laboral, que los habrá, decidirá que ha llegado el momento de cambiar de aires,
y más teniendo en cuenta que los inviernos en aquellos pagos son demasiado
fríos por mucho cambio climático que haya.
Así que es de temer que pronto
los tengamos por aquí, donde ni gobierno ni oposición se plantean una decisión
así.
Son los momentos en que se echa
de menos una normativa europea común, que hiciera que una medida así fuera
impuesta en toda la Comunidad Europea.
E incluso podría darse el caso de
que alguna que otra comunidad autónoma dictara una ley similar, y el maremágnum
que se podría originar, sería de órdago. Con emigrantes desplazándose de una
región a otro y un fuego cruzado de denuncias acerca de las competencias que habría
que tener para legislar de ese modo.
Aquí no sé si ocurrirá eso algún día.
ResponderEliminarPor lo regular el migrante lo que busca en la nueva tierra es trabajar. El caso es que esta ley le está ofreciendo un trabajo social al que no haya conseguido y se supone que ese trabajo es pago. Entonces... Me parece bien.
ResponderEliminarNOTA Esto lo acaba de decir un emigrante.