Hoy en día cualquier chispa que salte en el tablero internacional nos puede afectar, aunque ésta se halle a miles de kilómetros de distancia. Digamos que el Globo se ha hecho mucho más pequeño.
Y si, encima, esa chispa se produce en China, el efecto es indudable.
El gigante asiático presumirá de ser comunista, pero ese
comunismo es de lo más particular. De momento ha permitido que se creen unas
empresas tecnológicas impresionantes y poderosas, que ayudan a su país mucho más
que su tampoco desdeñable ejército.
Pero, parece ser, que esas empresas están adquiriendo más
fuerza de lo que al gobierno le interesa, y ya se está produciendo algún que
otro roce. Y cuando dos mastodontes se rozan, las chispas pueden perjudicar, y
mucho, a los que se mueven alrededor.
La corrupción es un mal endémico en China, y aunque, de vez
en cuando, algún macroproceso se lleva a unos cuantos corruptos (o supuestos
corruptos) por delante, el mal continúa.
Aquellas empresas disponen de ingentes ingresos con que
financiar esas corruptelas, y el gobierno dispone de fuerza para reprimirlas
con mayor o menor legalidad. El sistema judicial chino tampoco es que sea
impecable. El conflicto venidero es seguro, y el resultado impredecible. Pero a
ellas les interesa manejarse más en un sistema como el norteamericano que, sin
ser perfecto, al menos les pondría menos cortapisas.
Ahí deberían estar un poco listos los yanquis, alimentando
ese conflicto. Y si a eso añadiéramos una pizca de fomentar los deseos de mayor
autonomía de las etnias musulmanas en China, que también llevaría a
encontronazos con el gobierno chino. Encontronazos que deberían llegar a oídos de
los talibanes para hacer más difícil la introducción de China en Afganistán y
sus golosas tierras raras. Todo ello pondría un poco más difícil las cosas a
China y un poco más fáciles al resto de los mortales. Lo malo es que a los chinos
también se les da muy bien eso de alimentar conflictos más allá de sus
fronteras.
Sí, la verdad es que se palpa el conflicto.
ResponderEliminarEl caso de China comunista es de manual. Quiere ser poderosa a cuenta de las empresas tecnológicas pero cuando éstas crecen las quiere controlar a su antojo. Así es con todo.
ResponderEliminar¿Quién es el responsable en última instancia? ¿El gobierno chino? De ninguna manera.Esto es culpa de las propias empresas que, por ahorrarse el dinero y el costo de las condiciones que deben darle a sus trabajadores, prefieren instalarse en el Gigante asiático para usar su mano de obra que, más que barata, es esclava. Consecuencia: Están alimentando un mounstruo que amenaza con expropiarlos o fagocitarlos.