La Sentencia.

Hay que ir adelante, avanzar. Cuando te encuentres un traidor llámale traidor. Cuando te encuentres un ladrón, llámale ladrón. Cuando te encuentres un cobarde, llámale cobarde. Siempre adelante, hasta encontrar el sepulcro del hombre que nos va a rescatar en los luceros. Miguel de Unamuno.

martes, 12 de noviembre de 2019

Harina fina.


No hay nada nuevo bajo el Sol, es algo evidente. Incluso las cuestiones éticas acerca de lo que se debe o no comer no son de ahora. Ya la Biblia habla de comidas puras e impuras, papel que ahora parecen haber asumido los veganos.


Una de esas peliagudas cuestiones ya surgió en 1595, concretamente en París. La ciudad se hallaba asediada y sus habitantes la estaban pasando canutas ante la carencia de alimentos, y en tal tesitura se sugirió por algunos, los más hambrientos y desesperados, meterse en un cementerio, molerlos hasta convertirlos en harina fina y con ella hornear pan.

Parece que tan refinada repostería no se llevó a cabo (o al menos eso dice la historia), pero ahí quedó el apunte y la receta para el futuro.
Resultado de imagen de huesos humanos

Ahora que cada vez más cadáveres son incinerados, tal gastronomía podría invertir las preferencias, e incluso, siendo aún más macabros, ya que también se está poniendo de moda el consumo de insectos, algo se podría hacer con los gusanos que dejan los huesos mondos y lirondos.

Habría que preguntar a los sumos sacerdotes del veganismo qué opinan al respecto.

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