De siempre los inventos que se han empleado para usos militares con el tiempo han acabado beneficiando a la industria civil, ya sea en las mejoras que han recibido los aviones militares y que luego han pasado a las aeronaves de pasajeros o de los tanques a los automóviles.
También inventos que se han añadido a máquinas industriales, han acabado incorporados a pequeños electrodomésticos caseros, como ha sucedido con el microondas.
Y supongo que con el tiempo, una medida de seguridad que se usa en los bancos, acabará en los edificios residenciales en todo el mundo.
Me refiero a ese dispositivo simple que te permite operar con tu cajero con el pestillo cerrado cuando estás fuera de horario de oficina. Quien quiera acceder al cajero tiene que esperar a que tú acabes con tus operaciones, y así evitas indiscreciones, que te metan prisa y posibles robos.
Pues algo así se acabará imponiendo en los portales de todos los edificios de vecinos. De esa manera se acabarán esas carreras por introducirse en el ascensor para evitar compartir el viaje de ascenso, con esos segundos embarazosos en que sólo acertamos a hablar del tiempo que hace o en que evitamos entablar conversación mirando la propaganda que acabamos de sacar del buzón, o simplemente nos ponemos a mirar con sumo detenimiento las paredes del artefacto que nos lleva al hogar, dulce hogar.
Tal vez haya vecinos que no estén de acuerdo, y prefieran que todo siga como siempre, y que aprovechen esos pequeños viajes para enterarse de las vivencias del resto de los vecinos, poderlos observar más detenidamente para luego comentárselo a otros vecinos o para que todo el mundo sepa lo disconforme que está acerca del estado de limpieza del edificio o lo que le molesta el ruido que hace otro vecino del que desconocíamos la existencia.
Pero como estamos en una democracia, se vota en la próxima reunión de vecinos, y se decide por mayoría simple si se instala o no ese pestillo que hasta que no cerramos el ascensor no deja entrar a otro vecinos para disfrutar de él, y si no, que suba por la escalera.
De cualquier modo, en estos tiempos, parece que los vecinos son unos extraños.
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