Pobre Chile.

Circula una reflexión humorística por internet que dice que no hay nada más ilógico que la pizza, que es redonda, se vende en una caja cuadrada y se corta en triángulos.

Pues algo así han debido leer los redactores de la nueva constitución de Chile. Para estar a la moda, han decidido que los componentes de la Asamblea Constituyente han de ser paritarios: al 50%, y para ponerlo algo más difícil, han pensado en que la Asamblea se componga nada menos que de 155 escaños. Lo cual ya pone algo difícil el diseño.

Pero como eso no bastaba, se han sacado de la manga la definición de Chile como un estado plurinacional, por lo cual de esos escaños un cupo corresponderá a los grupos indígenas. Es de suponer que los elegidos por ese cupo también habrían de ser paritarios; pero no. Serán la bonita cantidad de 17. Debe ser por tratarse de un número primo. Con lo cual también hace difícil llegar al logro de la paridad.

Y eso por no hablar de cómo van hacer para repartir esos 17 puestos entre las etnias reconocidas por la ley 19.253 que menciona a los mapuches, los pascuenses, los atacameños, los quechuas, los collas y diaguita, los kawashkar y los yamanas, que obviamente tienen distintas cantidades de población.

Solo faltaría que surgiera el novísimo debate acerca de los géneros y haya quien se queje de que no solo hay dos géneros, sino multitud de ellos. Al final veo que tienen que conformar una asamblea con 1555 escaños para que haya para todos.