Escalando.

 Aunque hoy en día está mal visto hablar de razas, el sentido común nos dice que existen. Y las razas suelen estar preparadas para algunas cosas mejor que otras, sobre todo en deporte.

Vemos que en cualquier partido de NBA, en Boxeo o a la hora de correr, predominan los deportistas negros sobre el resto. En cambio, si la competición es Natación o salto de altura, todo se invierte.

Algo parecido sucede en otras actividades que necesitan esfuerzo. Los sherpas del Nepal ascienden a cumbres con una facilidad que a otros les está negada.

Bueno, aunque aquí habría que contar con una excepción curiosa. En Polonia, la máxima altura que puede escalarse son unos 2500 m. Una nimiedad comparada con el Everest y sus 8.848 m.  Y cada año se puede comprobar como equipos alpinistas polacos o incluso polacos a título individual, escalan la cumbre más alta del mundo y otras cimas con sorprendente obstinación. Se ha convertido casi en un deporte nacional. En diez de las catorce primeras ascensiones al Everest ha habido un alpinista polaco.

Resulta tan sorprendente como el afán de muchos japoneses por dedicarse al flamenco mientras que no se ve mucho español empeñado en dedicarse al Sumo, como mucho se puede ver el éxito de la venta de sushi en nuestros centros comerciales. Resulta menos esforzado. Y a ver si vemos algún sherpa ascendiendo la cima del polaco Rysi, por aquello de la reciprocidad.