Y es que pese a los buenos propósitos de los nuevos gobernantes, ya han vuelto las ejecuciones sumarias, las encarcelaciones masivas. Y es que no se puede negar que los talibanes lo llevan en la sangre, es su naturaleza. No creo que haya muchos a quienes hayan podido engañar. Otra cosa es que a otras naciones les tenga más en cuenta hacer la vista gorda para poder hacer negocios y trapicheos con estas bestezuelas.
Hace unos años, estuve en la catedral de Cordoba, allí, muy escondida, se halla una columna donde un prisionero cristiano, encadenado, dejó para la posteridad una cruz tallada con las uñas.
Me gustaría saber qué hubiera opinado el privado de libertad, si alguien le hubiera informado de que mientras él penaba ahí, había jefes cristianos que no tenían inconveniente en mercadear con los jefes árabes, y que anteponían la economía sobre las religiones convicciones religiosas. ¡Al enemigo, agua sí!
Y menos mal que Afganistán no produce gran cantidad de petróleo...
Como bien dices, no creo que hayan engañado a nadie, lo que ocurre es que a algunos les conviene dejarse engañar.
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