Obedientes.

 Anda el gobierno español todo furibundo porque por Europa andan pensando en considerar a la energía nuclear y al carbón como energías verdes; eso sí solo hasta una determinada fecha. A partir de ella ambas energías se considerarán nuevamente apestadas y dignas de no ser ni mencionadas en los libros de Historia.

Es la Economía la que manda. Las energías no contaminantes no acaban de arrancar, y teniendo en cuenta los quebraderos de cabeza que producen los suministradores de gas y petróleo, por Europa han tenido que fijar la vista en estas dos viejas amigas.

Pero tampoco sería tan sorprendente. En unos tiempos en que cada uno es del género que se le antoja, y que incluso en México se habla de que cada ciudadano tendrá la edad que se sienta, se podría considerar que lo nuclear y el carbón han decidido ser energías verdes, y así han de ser reputados. La autoconciencia es lo primero. Al fin y al cabo ambas energías proceden de las entrañas de la tierra. Más verde imposible.

Mientras tanto la energía eléctrica tiene autoconciencia de déspota tiránica, y no deja de subir haciendo de toda la ciudadanía unos sumisos esclavos que no se atreven a rechistar. ¿Tendremos todos autoconciencia de oprimidos sin que lo sepamos?