La Sentencia.

Hay que ir adelante, avanzar. Cuando te encuentres un traidor llámale traidor. Cuando te encuentres un ladrón, llámale ladrón. Cuando te encuentres un cobarde, llámale cobarde. Siempre adelante, hasta encontrar el sepulcro del hombre que nos va a rescatar en los luceros. Miguel de Unamuno.

lunes, 10 de enero de 2022

¡Ostras!

 Se ha hecho viral en todo el mundo las escenas de la cabalgata de un pueblo sevillano. En ella se puede ver como un rey arroja a la enfervorizada multitud la caja (vacía) de una consola bastante cara.

Ello despierta los instintos más feroces de los que se ven con posibilidades de hacerse con el ansiado juguete, y en un segundo la caja queda destrozada como si hubiera sido atacada por un regimiento de leones, hienas y buitres.

Al parecer dentro de la desdichada caja se hallaba un papelito, el cual da derecho a una consola real. Papel que se pudo llevar de chiripa un niño. Y eso espero, porque si al final todo es una broma, lo de Fuenteovejuna se puede quedar en una nimiedad.

Y algo así, me temo, puede pasar cualquier día en Leucate, Francia. Allí, para evitar la pesca furtiva de las ostras de los criaderos, ha ideado introducir en las ostras, cuando comienzan su crecimiento, una pequeña nota (ignoro el material), donde anuncian que el consumidor ha sido agraciado con su peso en ostras.

El confiado ganador llama a un teléfono, donde se le pregunta dónde ha adquirido la ostra. Si ésta es robada, permite a la Policía llegar hasta los ladrones fácilmente. Con este método han desaparecido los robos en un par de años.

Lo que no sé es cómo lo harán para lidiar con los frustrados ganadores de su peso en ostras, que debe ser un premio de lo más sustancioso.

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