La Sentencia.

Hay que ir adelante, avanzar. Cuando te encuentres un traidor llámale traidor. Cuando te encuentres un ladrón, llámale ladrón. Cuando te encuentres un cobarde, llámale cobarde. Siempre adelante, hasta encontrar el sepulcro del hombre que nos va a rescatar en los luceros. Miguel de Unamuno.

lunes, 11 de julio de 2022

Graduaciones.

 Hasta hace pocos días, el país se ha visto recorrido por una vorágine de celebraciones que hasta hace pocos años eran totalmente extrañas.

Se trata de las graduaciones. Hasta hace poco esas ceremonias se reducían a agasajar a los que concluían con éxito una carrera universitaria, pero ya no, todo vale. Ya se puede ver dicho rito hasta en los preescolares que concluyen su primer año de formación.

Y es un negocio que mueve mucho dinero: togas, catering, vestimentas para la ocasión de los que se licencian y los que los acompañan, alquiler de locales, etc.

Incluso no hace falta haber conseguido pasar con éxito el curso, con la excusa de hacer la ceremonia con sus compañeros de siempre, los que van a repetir también participan, sin que sea óbice para que al año siguiente repitan el festejo.

Sin duda se trata de una moda introducida por imitación de lo que vemos en las películas del otro lado del océano, y aquí, más papistas que el papa, pues la establecemos en todos los ámbitos.

No es una mala costumbre después de todo, pero yo solo la dejaría para los que concluyen sus estudios universitarios, los que aprueban una oposición y los que se jubilan. Para los que aprueban el cursillo prematrimonial ya hay preparada otra ceremonia.

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