No andan las cosas muy favorables para Vladimir Putin. Sin duda, la ayuda occidental a Ucrania se está empezando a notar, y el ejército de la Z acumula revés tras revés. Eso por no hablar de que la clase política rusa comienza a ver un estorbo en el exagente de la KGB, pero… a ver cómo se libran de él. No es tan fácil.
El aliado chino, no deja de ser
un aliado circunstancial. Dispuesto a cambiar de bando en cuanto vea que le
conviene, o incluso dispuesto a estar en ambos bandos si es preciso.
Seguramente Putin está como loco
por salir del avispero ucraniano, pero lo tiene que hacer con un poco de
dignidad, y no con el rabo entre las piernas. Si incluso pierde Crimea, sus
colaboradores no se lo van a perdonar, y el pueblo ruso se puede empezar a
soliviantar, por mucho que estén controlados los medios de comunicación.
Mientras tanto en China andan
enfangados en una considerable crisis económica, con un mercado inmobiliario en
horas bajísimas. De hecho, le sale más rentable a las constructoras destruir
los edificios comenzados que rematarlos.
Sugiero que Putin llegue a un
acuerdo con China, y en vez de emplear su arsenal sobre la pobre Ucrania, se
dedique a demoler esos inmuebles inconclusos. Sus tropas se lo van a agradecer:
menos riesgo de contraataques enemigos.
Es una idea, pero no creo que te hagan caso.
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