El Ejército del Aire ha tenido a bien cambiar el avión con el que instruía a sus futuros pilotos. El anterior se había vuelto algo peligroso, con varios accidentes mortales y errores que han hecho aconsejable el cambio.
Debe ser algo parecido a cuando
las autoescuelas cambian su flota de vehículos para que los alumnos aprendan en
aparatos más semejantes a los coches que luego van a conducir.
Lo que no acabo de entender es qué
pretendía el que bautizó al nuevo modelo de avión. Lo han llamado Pilatus,
porque así se llama a empresa suiza que lo fabrica. El empresario que la fundó tenía
todo el derecho del mundo a llamar su empresa como le apeteciera, pero parece,
con ese nombre, que si el avión tiene algún avería o incidente, el fabricante
se va a lavar las manos y no asumirá la culpa. Presiento que más de un alumno
tendrá algún reparo a la hora de subirse a un aparato con ese nombre. Algo similar a si la nave se llamara Barrabás,
Iscariote o Herodes. Aunque, teniendo en cuenta como ha decaído la enseñanza
religiosa en España, más de uno no será consciente.
Según Wikipedia, en Suiza hay un
exiguo 2,5% de ortodoxos, los cuales creen que Pilatos se acabó convirtiendo y
fue elevado a los altares, tal vez el fundador de la empresa fuera de esa
confesión, y quiso así honrar al santo. En Suiza todo es posible.
La verdad es que da un poco de respeto.
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