Viendo el culebrón acerca de los sobornos cataríes en el parlamento europeo, uno no puede por menos que acordarse de 300.
En esa película, supuestamente
basada en hechos reales, los persas sobornan a un espartano para que traicione
a los suyos y permita la victoria de los persas.
Todo ello a cambio de una buena
cantidad de dinero. Lo que resulta chirriante en la película, es que en el
momento en que el traidor es apresado, todavía lleva el dinero encima. Y eso
que ha pasado unos cuantos días desde que se hizo la transacción.
Es un detalle que falla en la
película, y eso que un poco disculpable, porque supongo que en aquella época las
oficinas bancarias y sus horarios de atención al público dejarían mucho que
desear.
Pero es que en los sobornos
cataríes se han producido de tal manera que un buen número de los implicados
tenían el dinero en sus propios domicilios o iban con ello encima. Sólo hubiera
faltado que en vez de maletines lo hubieran transportado en bolsas de basura.
No sé, todo chirría mucho.
Incluso viendo el dinero implicado, parece poco para arriesgar el sueldazo que
tiene un eurodiputado.
El caso es que hay quien no puede sustraerse a las "propinas".
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