Esto de las revueltas árabes se va pareciendo a esa escena repetida en muchas películas, en la que uno, armado con un buen pistolón, se enfrenta a otro en una sala repleta de espejos. El bueno de la película quiere liquidar al malo, pero éste se refleja en todos los espejos y las balas sólo son seis. ¿Cuál es el malo de carne y hueso y cuál un mero reflejo?
Occidente ha arremetido contra Libia, pero mientras se encuentra con que en Siria la autoridad competente se empeña en masacrar a los manifestantes, en Baharein otro tanto de lo mismo. Y al parecer lo mismo sucede por Yemen o Arabia Saudita. ¿Va el bueno de la película a disparar contra todos los espejos? Y más cuando todo hace suponer que no se trata de reflejos, sino un malo en cada rincón de la sala.
Bueno hubiera sido no haberse metido en lugar tan peligroso, pero ya puestos, más vale salirse de la escena antes de que empiece la ensalada de tiros y asomarse después para ver quien ha quedado tras el tiroteo.
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