Cómo cambian los tiempos. Antes cuando iba en Metro podía ver que si entraba un minusválido, una embarazada o un anciano, de repente un buen porcentaje de los pasajeros que iban sentados, entraban en un sopor repentino que les impedía darse cuenta de la situación y por tanto levantarse y ceder el asiento al que, según los carteles que adornan cada vagón, tendrían derecho.
Ahora casi nadie duerme en el Metro, da igual la hora que sea. Prácticamente el 100% de los usuarios sentados se hallan absortos mirando su móviles, ya sea navegando por las redes sociales, jugando o simplemente mirando las últimas fotos efectuadas.
Sugiero que todos los teléfonos traigan de serie, y sin posibilidad de ser eliminada, una aplicación que emita un aviso bien sonoro y luminoso, cada vez que en el vagón entre un pasajero con derecho a que le sea ofrecido un asiento. Lógicamente el anciano, minusválido o embarazada deberían tener la misma aplicación instalada, con la posibilidad de ser ejecutada si ven que una vez dentro del vagón, nadie les invita a sentarse. Tampoco debe ser tan difícil.
No estaría nada mal.
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