La Sentencia.

Hay que ir adelante, avanzar. Cuando te encuentres un traidor llámale traidor. Cuando te encuentres un ladrón, llámale ladrón. Cuando te encuentres un cobarde, llámale cobarde. Siempre adelante, hasta encontrar el sepulcro del hombre que nos va a rescatar en los luceros. Miguel de Unamuno.

lunes, 23 de mayo de 2022

Reconocimientos.

 Cuando eres niño, no ves el momento en hacerte mayor. Te piensas en que tendrás dinero y libertad para poder hacer lo que quieras.

Llegas a los 18 años, y te das cuenta de que salvo lo de poder votar, todo sigue igual.

Más tarde te das cuenta de que lo único bueno de acumular edad, es que vas incrementando ligeramente la nómina, pero a la vez aumentas el riesgo de que te echen de la empresa por hacerte mayor y por tanto, teóricamente, bajar tu rendimiento.

Llega la jubilación, y con ella el relajo, pero, a la vez, un rotundo descenso en tus ingresos. Te das cuenta de que no es que compense mucho el cesa de la actividad laboral.

Pasan los años, y, pese a las previsiones de tus médicos, llegas a una edad más que avanzada. Planteándote que llegar a eso de ser el más viejo de tu país o incluso del mundo. Que al menos tengas un reconocimiento en la vida, aunque no sirva de mucho.

Y entonces te enteras de que para conseguir tal reconocimiento tú, o tus familiares y amigos, tienen que aflojar 800$ por las gestiones.  Y, una de dos, el ego te puede más y haces lo imposible para conseguir la mención, o te das cuenta de que a ese precio, más de un anciano pasará ampliamente del título.

Pero creo que la empresa que se dedica a esos menesteres tiene poca visión de negocio. Sería más interesante otorgar la condición de persona más joven del mundo. Cada día con cientos de miles de candidatos. Dignidad sumamente efímera, que en cuestión de segundos pasa de unas manos a otras.

Vamos, millones de dólares ingresados cada día.

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