Todos los finales de año me propongo recopilar de alguna forma todos los vaticinios, augurios y profecías que hacen tantos adivinos, lectores de cartas y brujas y brujos de todo pelaje. Al final de los 365 días se les podría echar en cara el seguramente abultado porcentaje de errores en que incurrirían.
Algo parecido se podría hacer con los políticos que se encaraman a las diversas poltronas que financiamos entre todos en España. Se podría conservar el programa electoral con el que lograron los votos suficientes y reprocharles el enorme tanto por ciento de promesas incumplidas y traicionadas.
Y de la misma manera podría apuntar el 1 de enero de cada año todos los buenos propósitos y tareas que me encomiendo cumplir durante el año venidero: adelgazar, leer más, escribir más, gastar menos, etc. para luego comprobar al cabo del año lo que queda en el Debe y lo que pasó al Haber.
Así finalmente ni recopilo los desbarres de los augures, ni colecciono programas electorales ni apunto todo lo que me propongo. Seguiremos tirando de memoria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario