Esto de ver la televisión pública es de lo más sano. Llevamos tiempo oyendo que la risa fortalece el ánimo, mejora la frecuencia cardiaca y nos hace más robustos y majetes.
Así que, ¿qué mejor que ver la televisión pública? Sobre todo cuando hablamos de sus informativos.
Ahora mismo tengo sintonizado el canal 24 horas. Hablan del informe PISA de 2009.
Viendo cómo la locutora definía los resultados de España y cómo los valoraba Alonso, el portavoz del PSOE, uno creía que España era un semillero de Einsteins, y que si luego no llegaban todos a premios nóbeles es porque ahí fuera nos tienen manía.
Pero el que organiza la sucesión de las noticias durante los informativos tuvo un pequeño desliz (o era alguien infiltrado por la Oposición), y a continuación se le ocurrió introducir el resumen de prensa. Entonces el estupefacto espectador pudo ver como todos los periódicos, excepto el más afín al portavoz susodicho, contaban en portada como el mencionado informe colocaba la situación de la educación española en niveles betuneros, con fracaso escolar a raudales, sin avances en ciencias y un ligero avance en capacidad de lectura, y eso sí, a mucha distancia de la cabeza. Todo un contraste.
Eso sí, también movía a risa la portada de un diario catalán que tomaba la orientación del canal público y el portavoz pero sólo en el ámbito catalán y el del resto de los diarios en el del resto de España. Vamos, todo de risa con el informe PISA.
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