Las horas presentes son horas de sumar voluntades y ganar simpatías. Porque gobernar es ante todo unificar.
Nuestros actuales gobernantes no lo entienden así. Y la mayoría de los ministros parecen empeñados en agraviar cada día a una clase social. Ayer al ejército, otro día a un partido político, hoy a la Iglesia, mañana a un grupo cualquiera de ciudadanos.
(El Debate, 4 de junio de 1.931)
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