Siempre se ha dicho que en el periodismo prima más un atropello mortal en la ciudad donde se edita el periódico que un terremoto arrasando toda una civilización a miles de kilómetros.
Pero curiosamente esta vez no ha sucedido así. Los medios de comunicación han primado con mucho la muerte de Kirchner, ex presidente argentino, que el óbito de Marcelino Camacho, ex líder sindical y uno de los protagonistas de la transición. Esa cosa que nunca parece acabar.
Así que a todo español no le ha quedado más remedio que seguir momento a momento todo el proceso funerario del político argentino.
Y después de lo visto cabe deducir que mienten aquellos que proclaman que el concepto tradicional de familia está en peligro en la Argentina tras haber sido autorizado allá el enlace “matrimonial” entre personas del mismo sexo. Hecho que los sectores tradicionales, religiosos y ortodoxos no tardaron en denunciar por el peligro que suponía ello para la familia.
Pero cuando se ha podido ver por televisión como una devota peronista proclamaba llorando con profusión que se les había muerto el padre, pero aún les quedaba la madre (se supone que la viuda de Kirchner) ¿Alguien se imagina que se dijera algo parecido en los funerales de Leopoldo Calvo-Sotelo?
Eso demostraría que al parecer el concepto de familia argentina goza de una buena salud que para ellos quisieran otros conceptos familiares al otro lado del charco.
Curioso ese concepto de familia a lo peronista. Más o menos como el concepto de religión extraña que es la maradoniana. Conceptos nada restrictivos y sí de lo más amplio y abarcadores. Más o menos como el Peronismo, ideología dentro de la cual cabe de todo.
Por último señalar que cuestiones de demografía se supone que acudirán más dolientes al entierro de Kirchner que al de Marcelino, pero aunque este último no se va a librar de aquellos que le negaron todo en vida y ahora le recitarán un panegírico tras otro, al menos se librará de plañideras como Evo Morales, Chávez, o Felipe González, que será el representante de España en los funerales en Argentina. Casi nada.
Pero con cortejos fúnebres como ese uno pensará que el concepto de familia que se hallará presente será más mafioso siciliano que argentino o español.
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