No hace mucho estuve de visita turística por la noble ciudad de Ávila, y me encontré en una calle en la que difícilmente uno podría decir su denominación.
Uno se sentía como esos geólogos que al excavar el terreno van encontrando capas y más capas, cada una correspondiente a una época distinta.
Lo que uno lo siente es por el cartero al que le toque esta calle con triple personalidad. Seguro que más de un guasón tiene a bien escribir con cualquiera de los tres nombres.
Por cierto...¿quién será el tal Don Gerónimo? Tal vez se trate del obispo del que fue paje el ínclito Lope de Vega. En su momento nada pudo hacer contra el empuje del Generalísimo, pero lo que está claro es que con tanto cambio, así nos va la feria en este país.
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