La Sentencia.

Hay que ir adelante, avanzar. Cuando te encuentres un traidor llámale traidor. Cuando te encuentres un ladrón, llámale ladrón. Cuando te encuentres un cobarde, llámale cobarde. Siempre adelante, hasta encontrar el sepulcro del hombre que nos va a rescatar en los luceros. Miguel de Unamuno.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Apellidos.

Recuerdo que cuando estuve en Viena encontré en la mesilla de la habitación del hotel una guía telefónica de la ciudad.

Al ojearla, tuve la curiosidad de buscar el apellido Hitler. Al fin y al cabo Adolph Hitler era austriaco y alguien más con su apellido debía existir en la ciudad. Pues bien, ni un sólo pariente parecía tener el antiguo cabo, porque ni un solo Hitler parecía habitar en Viena, y supongo que lo mismo sucedería en toda Austria. Se ve que en su momento los Hitleres se avergonzaron o atemorizaron de lo que pudiera suceder, y cambiaron sus señas de identidad.

Me ha venido tal recuerdo después de leer acerca del propósito del gobierno de legislar que cuando exista disputa acerca de la prevalencia del apellido entre los progenitores, sea determinante el orden alfabético.

Si nadie lo remedia, según pase el tiempo y por un proceso de selección nada natural, cada vez habrá menos Zapateros, Rubalcabas, Salgados, Sebastianes, Pajines (con perdón), etc. y aunque prevalecerán los Blancos, Chaves, Chacones, Camaños, etc. se ve que la ley no deja de tener su lado positivo.

P.D.: Nuevamente los Borbones salen bien librados.

1 comentario:

  1. "P.D.: Nuevamente los Borbones salen bien librados."

    Desde que Francia nos los regaló, a esta gente siempre le va bien. B de Borbón, b de Bribón.

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