Según la nueva ley los fumadores no pueden ejercer su vicio ni reuniéndose en locales sólo para ellos porque el Estado cree que es una actividad que perjudica su salud (es evidente que es así) De esa manera el gobierno vela por la buena salud tanto de los fumadores como de los no fumadores.
En cambio este gobierno no tiene inconveniente en adherirse al sistema internacional por el que unos países pueden contaminar más que el mínimo estipulado a cambio de pagar unas cuotas por ello en función del exceso de emisión de carbono a la atmósfera (no dentro de un local cerrado precisamente) y que ha generado un trapicheo internacional impresionante.
Vivo en un piso alto, y a menudo puedo ver sobre mi ciudad una seta oscura que estoy seguro de que es mucho más perjudicial para la salud que el vejete que se echa un mus en el bar con un cigarro en la boca ¡Cuantas interrupciones tendrán ahora las partidas en los bares!
Lo del tabaco sólo obedece a una muesca más dentro de la ingeniería social que este Gobierno lleva efectuando desde que llegó al poder.
ResponderEliminarSi le importara la salud de los ciuddanos- cosa que no es cierta-, prohibiría las emisiones de partículas PM2,5 que generan los motores diésel y que multiplican la mortalidad por seis, debido a enfermedades del sistema circulatorio.