Lo sucedido con Francisco Álvarez Cascos nos muestra el por qué los partidos temen las primarias más que un nublado.
Si sólo hay un candidato que es elegido abrumadoramente no hay problema. El problema surge si el vencedor es aquel que la dirección no esperaba. Entonces el partido puede optar por apoyar al inesperado vencedor, con lo cual el derrotado puede montar en cólera y dinamitar todas las opciones del partido, quedándose en el partido y oponiéndose por sistema a todo lo que haga el vencedor, o salirse y montar otra formación similar. Con lo cual deja mermadas las opciones del partido del que sale aunque el nuevo tampoco se coma un colín.
Llama la atención de que la principal queja de Cascos sea haber recibido poco apoyo de la dirección nacional e insultos recibidos en Asturias. Vamos, poca información acerca de lo nuevo que pueda aportar a Asturias.
Ahora los medios de comunicación afines al gobierno nos bombardean acerca de lo sucedido, pero no se dan cuenta de que dentro de poco tendrán que empezar a informar acerca de la posible sucesión a Zapatero.
El que el posible relevo sea esa joven promesa llamada Rubalcaba no quitar para que se presenten otros candidatos a pesar de que ZP piense que lo tiene todo atado y bien atado. Entonces el problema cambiará de tejado y persistirá la sensación de que las primarias son un engorro en cualquier lugar y situación.
De todas maneras si se quiere que el proceso sea realmente democrático habría que estudiar la posibilidad de que pudieran votar todos los votantes de ese partido sin necesidad de estar afiliados. El porcentaje que representan los afiliados en el conjunto de los electores de un partido es ínfimo, y la responsabilidad que recae sobre los políticos elegidos es enorme. Eso sí, habría que hacerlo de forma que los electores de otras opciones no pudieran interferir. Con ese métodos habría más democracia, claridad y sobre todo, sorpresas.
Temen a las primarias por que temen -en el fondo - a la democracia.
ResponderEliminarControlan a los partidos como si fueran cortijos a la voz del capataz/secretario general, que impone QUIEN,COMO Y DONDE va cada candidato en función de filias, querencias, mamandurrias, estómagos agradecidos o cuántas reverencias al líder haya acumulado en sus curriculum.
Así esta la clase política en este país.
La mediocridad no es por gemación espontánea.
Tiene ahí su origen.
El último de filipinas llegué desde el blog de josito y bueno me hio mucha gracia tu comentario así como tu nombre. Me gusta este blog!!! porque no comparto para nada las ideas!!! a priori, así desde lejos...
ResponderEliminarun saludo